When you know better, do better
(Lee y escucha al mismo tiempo para incrementar la retención).
En diciembre viajé a Colombia para celebrar el amor en la boda de un gran hermano. Ahí me encontré con otros dos hermanos y mentores de vida, Bobby y Eric Castro.
Para la gran mayoría de las personas son dos titanes y visionarios empresariales que construyeron un imperio financiero desde cero. Sin embargo, para mí la relación ha sido diferente estos 5 años. Me enfoqué en conectar con el ser humano y me han compartido lecciones que me han dado retornos mayores a 100x y a lo que cualquier inversión te puede dar.
Cuando un billionaire te invita a formar parte de su vida privada, no te enseñará cómo volverte millonario, te enseña cómo ser una mejor persona para, desde ahí, construir tu propio camino de libertad psicológica, espiritual y financiera.
Durante la boda, Eric y yo profundizamos en las amorosas palabras que dio nuestro querido hermano a su amada. Lo vimos casarse por segunda vez y, en lugar de dudar de la fuerza de su amor y el nivel de su compromiso, confiamos en su palabra porque Juan es el vivo ejemplo de una gran lección que da retornos mayores a 100x: “when you know better, do better”.
Simple y claro, pero no fácil. “When you know better, do better” - “saber mejor, hacer mejor”.
Junto con la empoderadora historia de ser como el búfalo ante la tormenta, esta fue fue una de las primeras lecciones que aprendí de Eric.
¿Cómo saber mejor?
Para transformarnos necesitamos a la curiosidad como comandante de nuestro foco atencional.
La curiosidad descubre nueva información con la que adquirimos cultura. La cultura aplicada se transforma en conocimiento.
La información es la base sobre la que nuestra mente podrá crear, conectar y construir. La cultura es nuestra habilidad para dar sentido a la información adquirida por curiosidad, vivencias o lecciones de vida. Y el conocimiento solo llega a través de la experiencia; porque, como dice el Dr. Alfonso Ruiz Soto:
“La sabiduría es el fruto de la experiencia. La experiencia es el fruto de la observación. La observación es el fruto de la mirada interior. Obsérvate y crece en sabiduría porque quien tiene sabiduría lo tiene todo”.
- ARS
Debemos estar siempre abiertos a aprender más y mejor, de todo y de todos (incluidos nosotros mismos), porque el conocimiento es infinito.
Abrámonos a cuestionarnos al retar nuestras creencias. A ser objetivos e integrar perspectivas más completas que las propias. A interesarnos en cambiar para mejorar. Al final, nuestra visión del mundo es tan limitante o abundante como el grado de curiosidad con el que decidimos entregarnos a la vida.
Ahora, ¿cómo hacer mejor?
La única forma de hacer de tu vida una ceremonia de constante evolución y expansión es aplicando la nueva información y feedback al mismo ritmo que es adquirido o recibido. De no hacerlo, será sumamente complejo escapar de la mediocridad.
Más que una frase, saber mejor y hacer mejor, es un mindset, un mantra, una práctica, un principio rector o una idea guía. Es una proclamación de enfoque para constantemente empatar la calidad de tus acciones con la calidad de la información que habita en tu mente.
No basta con adquirir la información, debemos vivirla y absorberla en una experiencia para integrarla como parte de nuestro ser.
Sin elevar nuestras acciones al nivel de nuestra información, nunca llegaremos al conocimiento. La información se quedará como un conjunto de datos que ocupan memoria cerebral sin generar valor alguno por el espacio ocupado. Es como tener un inmueble rentado, pero que no nos genera ningún ingreso.
Entonces, ¿de qué sirve saber más y saber mejor, si no lo integras para ser más y ser mejor?
La vida cotidiana es la infinita oportunidad para ser mejor. Y también, hay una cancha, una arena de juego, un coliseo romano moderno que nos ofrece la cinta negra doble dan de este principio rector de saber mejor y hacer mejor: un intensivo viaje familiar.
Abrí el ciclo del 2025 en el bello puerto de Acapulco con mi familia. Los viajes familiares son oportunidades de misticismo experimental.
Entras en un laboratorio de conciencia para poner en práctica la información aprendida e integrarla en la vida cotidiana porque, como escuché decir a Raúl Romero:
“Todo lo que escribo y les comparto es lo que he aprendido, pero no necesariamente lo que sé hacer.”
Podemos leer decenas de libros sobre la meditación. En una sobremesa compartimos los beneficios de la práctica como si fuéramos monjes tibetanos. Sin embargo, el beneficio no está en leerlo y platicarlo, sino en practicarlo y repetirlo consistentemente. El conocimiento te lo da la experiencia propia. Hasta no meditar no experimentarás el beneficio en ti.
Entonces, when you better (la meditación me trae claridad), do better (medita constantemente).
Lo mismo en un viaje familiar. Es una joya de oportunidad para saber mejor y hacer mejor. Aplicas la nueva información, herramientas y entendimientos para transformarlos en conocimiento a través de la experiencia propia.
Un intensivo familiar - normalmente - magnifica los puntos de fricción que nos tocan en lo más profundo. Sentimos que arden y queman por debajo de la piel.
Todos nuestros botones internos están a prueba. Esperan ansiosamente cualquier estímulo que desencadene una reacción profundamente condicionada que — aparentemente — mande todo nuestro trabajo interno al carajo porque: “si Miguel es, habla, saluda, toma, come, camina, lee, siente, duerme, respira y responde así. ¿De qué le sirven sus Amazonas, sus libros, sus Momentos de Tranquilidad, sus Cracks y sus ceremonias?”.
Y como en el viaje familiar solo hay una oportunidad para probarte a ti mismo, al terminar el episodio, lo mejor y más inteligente es parar, observar y reflexionar lo visto en el reflejo del espejo familiar.
Nos preguntamos: “¿si sé mejor, por qué no estoy haciendo mejor?”
Meditamos la pregunta y observamos con atención la semilla entregada por los más honorables miembros del elenco que escogimos para nuestra evolución en esta tierra. Y decidimos tomar acción porque saber mejor no sirve sin hacerlo mejor. (When you know better, do better (una vez más para que se te tatúe en la memoria lúcida y de largo plazo)).
La información que puede ser el libro de El Kybalión, el podcast de Cracks, el retiro de la Mente al Corazón, el curso de Tony Robbins o Wealth Mastery o el coach de vida, solo nos dan el saber mejor, pero no integramos ni experimentamos directamente el beneficio sin hacer mejor.
Las herramientas son atajos y las herramientas no son atajos.
Una ceremonia de plantas sagradas es un atajo porque te ahorra el trabajo personal de 10 años al mostrarte el origen de tu limitación y un destino como una nueva posibilidad. Y tampoco es un atajo, porque al terminar, tienes un nuevo mapa, pero sigues en el mismo lugar que empezaste.
Avanzar por el nuevo mapa es responsabilidad tuya con la integración de la información adquirida.
El Gran Mecanismo, Dios o el universo tendrán misteriosas formas para mandarnos la señal indicando que es momento de transformar la información en conocimiento por decidir no solo saber mejor, sino en un acto de coraje atrevernos a hacer y ser mejor.
Cuando desdoblas lo mejor de tu ser continuamente transformas la información en cultura y en conocimiento. Ya no es necesario memorizarlo o escribirlo en tus notas. Tu alma lo comprendió a través de la experiencia que desborda una emoción indescriptible al sentir la fuerza y el poder del beneficio de saber mejor y hacer mejor.
Es crucial hacer mejor para recibir e integrar la perla de la experiencia.
Haz y sé mejor en tu .
Haz y sé mejor en tu presencia con tus hijos.
Haz y sé mejor en tu comunicación de pareja.
Haz y sé mejor en tu conversación contigo mismo.
Haz y se mejor en tu enfoque y dirección atencional.
Lo más importante de saber mejor y hacer mejor es que esta práctica, nos llevará con absoluta claridad y determinación a la persona que queremos ser.
Saber mejor y hacer mejor, para ser mejor.
Reto Gana Tu Mañana - Oso Trava
Mi gran hermano, Arturo Lomelí, tiene una poderosísima frase:
“Eres del tamaño de tus sueños, pero te conviertes en lo que haces”.
No importa de qué tamaño sean tus sueños y qué tan visionario seas, lo único importante es tu capacidad para tomar acción y acercarte consistentemente a ellos.
Nuestras acciones están sustentadas en hábitos y sistemas con los que inconscientemente operamos durante el día.
Si quieres elevarte al nivel de tus sueños, debes empezar por elevar tus pensamientos y acciones en el momento clave del día: la mañana.
empieza el “Reto Gana tu Mañana 2025” el próximo lunes (13 de enero). Son 10 días para turbo cagar tu mañana de energía, ganar el día y acercarte a la vida de tus sueños.
Un reto para escapar de la mediocridad y de tu zona de confort para nunca regresar a ella.
Empiezas cada día a las 5.45AM con Oso para compartir con expertos en distintas áreas como Bea Boulloza, Karla Berman, Alan Abruch, Juan Pablo Álvarez (El Señor de los Hielos) y varios más.
Aprenderás sus disciplinas y cómo implementarlas en hábitos poderosos en tu rutina.
Cuestá únicamente $9 dólares, inmejorable.
Atrévete a elevarte al nivel de tus sueños e inscríbete aquí.
Ojo, lo recomiendo porque conozco el valor de este reto si lo integras en tu vida cotidiana. No estoy involucrado, lo recomiento porque quiero.
Darse a la tarea, querido hermano. Esa es la clave. No solo adquirir (hasta intoxicarte) información, sino incorporarla y usarla en tu entorno (comenzando por la familia) en tu vida cotidiana. ¡Gran reflexión para abrir el año! 🦉🌟
Gran recordatorio que sin la práctica el conocimiento no sirve de nada, gracias!!! ❤️