⏳ 5 minutos de tranquilidad
🌱 Semillas
Me siento a escribir acompañado de la duda y recibo la señal de que la confianza viene en camino. El ritual de cada semana: dudar y crecer, crecer y confiar, confiar e integrar, integrar y compartir.
La duda fortalece mi seguridad para escribir y explorar a dónde me llevará la conexión con la Fuente.
¿Escribir el título y desarrollar el contenido o desarrollar el contenido y después el título?
Me gusta más pensar en el título porque es la semilla que despierta la atención del lector. El mensaje vuela a todos lados y a todas partes para ser reconocido en la antena de quien lo busca con mente abierta.
Busco semillas en todas las personas, experiencias y situaciones de la vida cotidiana. Amanezco abierto y receptivo para purificar el canal y recibir la transmisión de mensajes y señales que el universo y el Gran Mecanismo tienen para mí.
No decido en qué momento viene la semilla ni cómo, por qué o por quién la voy a recibir. Mi trabajo es estar disponible y detectar cuando sutilmente anuncie su llegada.
El sembrador puede ser cualquier experiencia, cualquier persona o incluso uno mismo. Desde el líder más evolucionado creando progreso para la humanidad, hasta el curandero más alegre del Amazonas como un gran canal de sanación, o un bebé que, habiendo vivido menos de 150 días, ha sido un gran maestro. Entre más afino la antena y más atento estoy, más fácil es reconocerlo frente a mí.
No importa quién es ni de dónde viene; el sembrador no siembra solo para sí mismo, sino también para los que venimos después de él. Su práctica es un acto de amor hacia el futuro porque sabe que el fruto de su trabajo nutrirá a muchos que ni siquiera va a conocer. Es un puente entre el pasado y el futuro.
El jardinero espiritual sabe que el florecer de la semilla sigue un tiempo y un orden inalterable. Ya lo ha visto una y otra vez. Su propia trayectoria es testimonio de ello.
Quien recibe la semilla y cultiva ideas no puede adelantar el proceso ni juzgarla por su apariencia o dudar de su potencial. La semilla se nutre con la dedicación y la constancia que el tiempo, la tierra, la lluvia y el sol apremian como testigos del compromiso y de la práctica.
Algunas cápsulas de potencial florecen cuando las contemplo, las camino, las medito y me dan valiosos insights que me fortalecen porque su propósito puede ser llevarme en una dirección totalmente nueva. Otras son más duras y requieren ir a trabajarme en la oscuridad y profundidad de la cueva interior para verlas florecer.
A veces, juzgo la semilla y olvido que su valor no está en su peso o tamaño ni en el impacto inicial de esta, sino en la calidad de lo que lleva dentro que, con dedicación y presencia, florece en algo hermoso. La más pequeña e insignificante se puede transformar en el árbol más grande, y la más bella y majestuosa puede florecer en algo que no conecta con nosotros.
El bambú tarda de 3 a 5 años en mostrar signos de crecimiento visibles. En esos primeros años desarrolla un profundo, flexible y fuerte sistema de raíces bajo la tierra. Y una vez que crece, puede llegar a crecer 90 cm en un día.
Los puntos de fricción; aquellas personas, situaciones y emociones que rompen mi paz interna, son normalmente las semillas que germinan en un elevado crecimiento personal y espiritual.
La semilla para un Momento de Tranquilidad puede estar en la danza de la lluvia, en una conversación de 3 minutos con un desconocido, en el mensaje de una playera o en una piedra.
En la meditación de una experiencia de Cracks Mastermind, recibí una piedra grabada con la palabra “healing”. Al terminar, un hermano del espíritu compartió sobre la - en ese entonces - trágica relación con su padre.
Conecté las sutiles señales del Gran Mecanismo y entendí por qué estaba ahí: healing + relación con mi padre. Y poco a poco, trabajando la tierra y regando la semilla, mi papá y yo vamos transformando nuestra relación y aprendiendo en el camino.
Detrás de cada padre también hay un ser humano descifrando su camino por la vida. Por lo tanto, el único responsable de mi proceso de integración personal soy yo. Mi experiencia de vida depende de mí y no de lo que mis padres hicieron o no por mí.
Y a pesar de que me reta en varios niveles, el Dr. Alfonso Ruíz Soto es muy sabio al decir que “toda persona tiene las más profundas razones para ser como es y hacer lo que hace”.
Trabajar y regar esta relación tan importante en tantas dimensiones cambió mi forma de relacionarme conmigo mismo, con mi pareja y con mi hijo porque me mostró el camino a una madurez espiritual en la que dejé atrás la necesidad de aprobación de mi padre para liberarme, viviendo mi propósito y amando plenamente.
It’s when a man kills his dependence on his father for validation, support, and recognition, that he becomes free to live his true purpose and to love fully.
- David Deida
Seguiré coleccionando pequeñas cápsulas de potencial enfocándome en las que más resuenan para mejorar el jardín espiritual.
Sin olvidar que una persona puede no estar lista para recibir un mensaje, pero jamás debo subestimar el poder de una semilla porque en el florecer de esta, nuestra percepción se expande y nuestro autoconocimiento crece.
No juzgues al sembrador, escucha y aprende. No juzgues la semilla, trabájala y observa.
El crecimiento comienza con una pequeña semilla de intención. Confía en ella, confía en su proceso y confía en su fruto.
🧙🏼♂️🪶
Sharing is caring
Lo que compartes lo multiplicas, lo que te guardas se muere contigo.
Gracias por leer abierto y receptivo.
💭 Something to think about
I do not believe in believing. My approach is to know, and knowing is a totally different dimension. The moment you believe in something you have stopped inquiring.
- Osho
Hermoso escrito sobre la SEMILLA, me ha fascinado por la sencillez y la profundidad del mismo!!!
El sembrador construye su legado día a día sin saber cuantas almas verán sus flores florecer ♥️