⏳ 5 minutos de tranquilidad
🦅 No somos lo que somos, somos lo que pensamos que somos.
¿Por qué dividí la historia en dos partes? Porque la misma historia puede tener dos finales totalmente distintos: uno trágico y uno heroico.
La vida se siente tan cómoda o incómoda como el significado que damos a los hechos que vamos viviendo. El hombre de conocimiento sabe que para cambiar nuestra vida basta con un cambio de perspectiva.
En la primera parte, el águila muere convencido de ser una gallina sin convertirse en aquello que estaba destinado a ser. Un final trágico por su mentalidad pobre y limitada en las posibilidades de imaginar una realidad diferente.
La mente que no está blindada y no filtra creencias, ideas, comportamientos o pensamientos está condenada a ser una más del montón y a seguir el camino marcado por otros, donde no hay libertad, no hay corazón, no hay coraje y no hay verdad.
No importa si naces siendo un águila; si tu mentalidad es fija y limitada, crecerás, vivirás y morirás como gallina.
Ahora, regresemos a la parte heroica de la historia.
En el primer rayo del sol de una fría mañana, un granjero caminaba por sus tierras y encontró un huevo. Este no era un huevo como los de sus gallinas; era el huevo de un águila.
Para mantenerlo seguro, lo llevó al gallinero y lo colocó junto a otros huevos. A los pocos días, rompieron el cascarón los pollos y el águila.
El águila creció imitando lo que hacían todos a su alrededor. Empezaba cada día cantándole al amanecer, picoteando y rascando el piso en busca de insectos, semillas y granos, y volando en pequeños saltos, siempre acompañado por miedo al peligro de lo que hay más allá del gallinero.
El águila hizo lo mismo tanto tiempo como las gallinas que, sin darse cuenta, se convirtió en una más. Pasó su vida haciendo lo que hacen las gallinas, viviendo como gallina y pensando que era una gallina.
Un día, un cetrero (entrenador de águilas y halcones) escuchó que en una granja olvidada en el campo había un águila que se comportaba como gallina y decidió investigar si era verdad.
Llegó a la granja preguntando por el águila que se comporta como gallina, y el granjero le dijo que sí, ahí era.
Al verla, no lo podía creer; el rey de los cielos, que físicamente es mucho más fuerte, imponente y majestuoso, y con su cuerpo y alas diseñadas para reinar los cielos en libertad, era una gallina más.
Sacrificó la libertad de alzar sus alas y volar por ensuciarse de tierra en la jaula del gallinero; era claro que el águila creció entre gallinas y fue entrenada para ser una más.
El cetrero pidió permiso para sacar al águila del gallinero y dejarla volar en libertad. El granjero le dijo que sí, seguro de que regresaría al gallinero. Sosteniéndola en su brazo, le dijo: “Tú eres un águila, extiende tus alas y vuela en libertad”. El águila lo vio por un momento, volteó su mirada a las gallinas y saltó de su brazo para, en pequeños saltos, regresar al gallinero.
El cetrero se fue, sorprendido y curioso de cómo hacer ver al águila que era un águila y no una gallina, y le pidió al granjero regresar.
Al día siguiente, regresó con entusiasmo para probar que el águila era el rey de los cielos y que tarde o temprano iba a volar. El granjero aceptó e insistió diciendo: “Este ya no es un águila, es una gallina porque así creció y no va a volar jamás”.
Llevaron al águila a la parte más alta de la granja y, con el águila en su brazo, el cetrero le dijo: “¡Tú eres un águila, no perteneces a la tierra de esa jaula. Vuela a tu libertad!”. El águila se le quedó viendo, alzó sus alas y, en vuelos cortos, planeó como gallina hasta regresar al gallinero.
El granjero le pidió al cetrero no regresar más y entender que el águila jamás volaría. No conocía algo diferente y pasó su vida siendo una gallina más del montón. No tenía un camino propio, ya no pertenecía a los cielos, pertenecía a la tierra.
El cetrero, decidido y con un entusiasmo sin igual, logró convencerlo de intentar una vez más. Regresó antes del amanecer y juntos llevaron al águila al pico de una montaña a unos kilómetros de la granja.
Llegaron a la cima de la montaña justo con la salida de los primeros rayos del sol por el horizonte, respiraron el aire frío y disfrutaron la vista desde las alturas. El cetrero sostuvo al águila sobre su brazo y le dijo: “Eres el rey de los cielos, el mensajero entre los humanos y los espíritus. Regresa a donde perteneces y vuela en libertad”. El águila vio al granjero a los ojos, volteó su mirada al horizonte, enderezó su cuerpo, abrió sus alas como nunca antes lo había hecho y las empezó a mover cada vez con más fuerza hasta que, decidido y sin voltear atrás, voló a su libertad.
El entorno en el que crecemos tiene el poder de limitarnos, moldearnos y obligarnos a ser y comportarnos de cierta manera que modifica nuestra identidad, nos regala una máscara y nos priva de toda posibilidad de encontrar nuestro camino. La presión del entorno puede llegar a ser brutal o puede ser el brazo inspirador y entusiasta que nos sostenga antes de volar, pero el verdadero potencial está en nuestra capacidad de reconocer nuestra grandeza e iniciar el vuelo a nuestra libertad.
Está en uno mismo decidir despertar y honrar la naturaleza y el potencial que llevamos dentro.
¿Qué tan alto y lejos volarías si estuvieras en el entorno adecuado con personas que te inspiran y te elevan a volar más alto? No tengas miedo a volar tan alto que puedas encontrarte contigo mismo.
🪶🧙🏼♂️
Valoro mucho que leas lo que comparto y más cuando lo haces abierto y receptivo para recibir una semilla. Cada escrito tiene horas de reflexión y contemplación. Si te puse a pensar, ayúdame y compártelo con tus amigos o familia.
🎧 Paul Rosolie: Jungle, Apex Predators, Aliens, Uncontacted Tribes and Ayahuasca
Pasar 10 días inmerso en el Amazonas y experimentar la madre selva, siendo uno más entre los millones de seres vivos que habitan en el pulmón de la tierra, es una experiencia que transforma la forma en la que entiendes el ciclo de la vida.
Poco antes de irme, escuché el primer episodio de Paul Rosolie con Lex Fridman, y en este segundo episodio la conversación la trasladan del estudio a la selva. Durante 4 horas, platican de todo lo que ha aprendido Paul Rosolie como guardián de Jungle Keepers, desde la función de las miles de plantas y millones de hormigas en el ecosistema, hasta los jaguares, las anacondas y los encuentros con las tribus no contactadas.
💭 Something to think about
La paciencia es la habilidad de crear sin detenerse, respetando el ritmo de todos los elementos.
¡Qué bueno que la historia tenía final alternativo! "El verdadero potencial está en nuestra capacidad de reconocer nuestra grandeza e iniciar el vuelo a nuestra libertad". Otra lección que veo en el relato es el poder de la perseverancia. Si el cetrero (que yo asimilaría a nuestra voz interior, nuestra mente correcta, la porción de nuestro ser que no ha olvidado su esencia) no se rinde en los primeros intentos fallidos, si PERSEVERA, finalmente el resultado será inevitable: el Águila será Águila, el Ser será Ser, y nada limitará su potencial.
Siempre pensé en este final, maravilloso. Gracias Miguel por compartir 🦅✨