Crecer en el Placer
Tomamos dos pickups con tiendas de campaña, provisiones y maletas de aventura, y guiados por Sampa, nos fuimos a explorar La Baja Norte.
Desde el Valle de Guadalupe a San Quintín, San Pedro Mártir y San Antonio de las Minas. Gozando en cada carretera y destino de varios de los paisajes más espectaculares que hay en México: de la playa, el desierto y el volcán, al bosque y la montaña.
Fue nuestro retiro anual de Cracks Mastermind. La intención: diseñar una aventura que creara las condiciones propicias para bajar la guardia, rendirnos y conectar entre seres humanos, entregándonos a la experiencia y aceptando la realidad como decidiera presentarse.
Una aventura para afilarnos, disfrutar y gozar al asimilar nuevas experiencias y celebrar el cierre de ciclos, y se convirtió en uno de los mejores viajes de nuestra vida.
Esta aventura fue con siete personas que conocí hace menos de dos años y que se han convertido en una de mis armas secretas de desarrollo personal. Me han ayudado a identificar y quitar lo que me sobra hasta llegar a la esencia, como lo hizo Miguel Ángel con el mármol del que nació el David.
Amistades que bailan esta danza te hacen comprender que el tiempo no es referencia de la calidad de una relación. Es una métrica importante, pero la profundidad y vulnerabilidad de una relación son las métricas más importantes.
Tenemos amigos de toda la vida que saben muy poco de lo que somos hoy, y amigos de meses para acá, con interacciones contadas con los dedos de una mano, que han conectado con nuestra alma y visto nuestro espíritu crecer.
Hay amistades con las que nos cagamos de risa, viajamos, nos empedamos, echamos desmadre y pasamos años creando vivencias superficiales, pero pocas experiencias y momentos conectando desde nuestra esencia.
Un viaje como este es una deliciosa oportunidad para colgar la máscara, tirar el disfraz y, con esos dos actos de valentía, conectar con el ser humano detrás del personaje y, al mismo tiempo, transformar vivencias en experiencias.
Sin máscaras ni disfraces, con el espíritu y el corazón disponibles, iniciamos la aventura abiertos a explorar lo que el Gran Mecanismo orquestó para nosotros.
Agradecimos al capitán de nuestra evolución personal: el accountability (responsabilidad radical), y valoramos la presencia plena de cada uno en este viaje, seguido de una pausa para parar, compartir e intencionar el ciclo que cada uno decidió cerrar.
Nos escuchamos con la mente y el corazón abiertos, sintiendo la resonancia energética y espiritual que abrió un camino de crecimiento e impacto colectivo con pistas de la magnificación del ser que venía para cada uno, por vibrar en la misma frecuencia de amor incondicional y perdón radical.
Al atardecer, caminamos por la playa desértica hasta la noche. Acostarnos en la arena fue como acostarnos en las nubes, mientras paramos a escuchar el silencio nocturno para dar la bienvenida al supremo poder de la presencia.
Abrimos las puertas más oscuras del corazón para compartir lo que fuimos y ya no somos, observando nuestra evolución de los últimos años. Hablamos de los miedos del presente y los ciclos que no podemos cerrar, las dudas que nos limitan a confiar totalmente en nuestro poder, el síndrome del impostor y el dejarnos de definir a través de ciertas relaciones.
A momentos afilamos a uno, a momentos afilamos a otro, aun así, siempre afilando y, en mi caso, aprendiendo a sonreír más y disfrutar más, y no solo profundizar, porque con ellos he aprendido que lo difícil no es crecer en el dolor, sino crecer e integrarte en el placer.
Creciendo, disfrutando y riendo, contamos historias bajo las estrellas, frente al fuego al anochecer o mientras explorábamos playas y desiertos, haciendo hikes en volcanes, bosques y montañas.
Desde grandes historias para reír como nunca lo habíamos hecho hasta historias íntimas que nos tocan donde duele y que nos limitan como vivencias del pasado, para resignificarlas en experiencias e historias empoderadoras que nos permitan presentarnos como somos ante el mundo, porque no existe acto más heroico que atreverte a ser tú mismo.
Mientras caminábamos a la cima de la montaña, para ser recompensados con una de las vistas más espectaculares de la tierra, confirmamos una gran verdad: lo importante no es el destino ni el camino, sino quién te acompaña.
La manera más inteligente, plena y divertida de evolucionar es rodeándote de personas que te inspiran a ser un mejor ser humano, ven lo que tú no puedes ver en ti mismo y te respetan tanto que te exigen y ayudan a elevarte a esa versión de ti mismo.
Muy pocas cosas tienen un impacto de la magnitud que tienen las personas que te acompañan en el camino. Somos una mezcla de nuestras relaciones más valiosas. Para, observa y cuestiónate si tus relaciones son un puente hacia tu máxima realización o son un camino al precipicio.
Atesora a los hermanos que te conectan con tu poder, que creen en tu propósito, que te impulsan a confiar en ti mismo y te dan dirección en el camino para lograrlo. Esos hermanos del espíritu son tu fuerza de transformación y los guardianes de tu evolución.
Atrévete a descubrir la delicia de una relación donde puedes servir y contribuir desde el amor sin llevar la cuenta. Un espejo para sentarnos con nosotros mismos y voltear la mirada hacia el interior. En resumen, ganamos el juego de las relaciones cuando profundizamos desde la verdad de nuestra alma con personas de valor y de largo plazo.
Acampando sin dejar huella, creciendo e integrando, conectando y compartiendo, creando y gozando de nuevas experiencias, abriendo la mente y cerrando ciclos, es un atajo a la evolución de tu ser.
No te olvides de esto:
Lo que importa no es el destino ni el camino, sino quién te acompaña.
🪶🧙🏼♂️
Si buscas una aventura en la naturaleza sin dejar huella, busca a Sampa Explore. Fueron clave para hacer de este viaje lo que fue.
Algo hice muy bien para tener la fortuna de tener tan maravillosos seres en mi vida!!
"Lo que importa no es el destino ni el camino, sino quién te acompaña" Nada más cierto, ni más poderoso. Muchas gracias Miguel, pareciera que, de alguna manera, estuviéramos interconectados y por eso tu prosa llega a mi servidor cuando más la necesito. Muchas gracias!